Técnicas Mentales Secretas de los Tibetanos

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Otro de los Maestros insiste: "Ver es mucho más que mirar. Se pueden mirar muchas cosas a lo largo del día, pero para ver es necesario usar algo más que los ojos físicos.

El hombre de la ciudad embota su cabeza viendo mucha televisión, haciendo viajes muy rápidos que apenas le permiten conocer el lugar, y se aburre con demasiada facilidad de lo que le entusiasmó hace apenas un par de meses. ¿No será que con este estilo de vida se está trabajando la conciencia de manera muy superficial?".

"Sin embargo, la solución común hoy en día para todo suele ser el hacer las cosas cada vez más deprisa y, al contrario de lo que se podría pensar, la sensación continúa siendo que el Abuelo Tiempo sigue ganando la carrera. ¿No será -repito- que la conciencia se está trabajando de manera muy superficial?.

Nosotros les proponemos en cierta medida hacer lo contrario que propone ese sistema devorador de imágenes. Se trata de registrar más profundamente en la conciencia lo que sucede día a día, sin abandonar en absoluto las responsabilidades que la vida brinda. En Oriente decimos que la conciencia es el árbol que más frutos da".

"La luz no deja de impregnarlo todo en todo momento, pero el ser humano muchas veces se obstina en hacer de filtro que, o bien no deja entrar la luz, o bien, una vez recibida no permite que se refleje hacia otras personas.

Ambas actitudes -negarse a recibir la luz o negarse a reflejar la luz- son obstructoras, y son la base de muchas desviaciones en el campo de la conciencia. Gracias al Supremo Hacedor, la luz no tiene dueño en el planeta Tierra; simplemente tiene enemigos, amigos o tibios".

 

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