Máster de Tarot
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CAPITULO 1. INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE THOT (TAROT)
1.1. LAS DIMENSIONES DEL UNIVERSO Y EL PROBLEMA DEL TIEMPO.
El factor tiempo, considerado por los físicos como la cuarta dimensión, es indudablemente la medida que ordena en una línea los posibles fenómenos del plano físico. Es decir, salimos de nuestra casa en el segundo 123.890.456 a partir de un momento tomado arbitrariamente como instante 0, comimos el almuerzo ese día en el segundo 123.903.215, fuimos a pasear en el segundo 123.907.119, etc.
Y no cabe duda de que esa medida es certera y precisa como parámetro objetivo, pues todos nuestros vecinos pueden comprobar, si nos han podido ver haciendo esas cosas, cada uno con su cronómetro, que para cada segundo indicado de esa sencilla escala lineal, la medida tomada por todos ellos es la misma. Así, para los materialistas, parece que nada se puede escapar a esa linealidad de la dimensión tiempo.
Así se pensaba hasta Einstein en el mundo occidental, pero ya luego este concepto quedó caduco y se demostró teóricamente que si unos seres humanos viajaran en una hipotética nave espacial a velocidades altísimas por el cosmos, del orden de decenas de miles de kms. por segundo, al regresar a la Tierra comprobarían algo increíble: Para los viajeros del espacio, desplazándose a gran velocidad, el tiempo ha ido "más despacio" que para los otros seres humanos que se habían quedado en la Tierra.
Así, si los viajeros hubieran estado 10 años fuera, a su vuelta a la Tierra, por nuestros calendarios "objetivos", habrían pasado tanto años que muchos de los jóvenes familiares que habían dejado aquí ya podían haber muerto con edad avanzada. Entonces, ¿qué ha sucedido ?. ¿Qué misterio es éste?.
Ya las propias teorías físicas apuntan el hecho de que el registro del tiempo realizado por nuestros instrumentos cronométricos o, por los signos del paso del tiempo en nuestro cuerpo, no es absoluto, sino que depende ya de entrada de otras medidas propiamente físicas, como es la velocidad a la que se desplaza el cuerpo físico. Es decir, a mayor velocidad, el tiempo "camina" más despacio, hasta que a una velocidad hipotética cercana a la de la luz, el tiempo casi llegaría a pararse.
En definitiva, la realidad ciertamente es más increíble que la propia ciencia‑ficción. Pero para los esoteristas hay un punto que todavía la ciencia no ha tenido en cuenta y es la velocidad del pensamiento, la cual ellos conciben muchísimo mayor que la velocidad de la luz.
También es conveniente meditar sobre el hecho de que la medida objetiva del tiempo lo es para lo físico, pero para la conciencia una hora objetiva puede registrarse como un segundo o como un día completo, dependiendo del estado psíquico y mental del individuo durante esa hora objetiva.
Durante el sueño, por ejemplo, esa tercera parte de nuestra vida que permanecemos en el plano astral o psíquico, el tiempo está muy difuso, pues la conciencia de 8 horas de sueño puede confundirse con la de sólo una hora.
En cambio, en ciertos estados de la mente muy conscientes (supraconscientes), como pueden lograrse con las técnicas de meditación, 10 minutos pueden llegar a dilatarse y hacerse tan llenos que pudieran parecer horas o, incluso, en ciertos dominios de la mente, el tiempo casi llega a detenerse.
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