Máster de Parapsicología

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Este tipo de línea de investigación ha levantado muy diversas corrientes de opinión dentro del mundo científico de la Unión Soviética y en la práctica la única ayuda que el Dr. Jiang ha recibido hasta el momento es la de habérsele concedido una casa y una gran extensión de terreno en la que poder continuar sus experimentos.

A pesar de que se han llevado a cabo investigaciones similares, nadie ha conseguido los resultados obtenidos por este científico y continúa siendo un misterio cómo él logró que la información genética viajara de un organismo vivo a otro a través del espacio.

Los pocos observadores occidentales que han tenido acceso al aparato del Dr. Jiang comentan lo que éste les ha revelado: consiste en un aparato metálico de paredes muy finas que el Dr. Jiang denomina unidad bio‑UHF. Consta de dos partes principales: un receptor y un irradiador, conectados por tubos de cobre a modo de conductores de ondas.

El animal del cual se va a extraer la información genética se coloca en el receptor y, el que la ha de recibir, en el irradiador.

Que lo que el Dr. Jiang sostiene sea cierto o no, el tiempo lo dirá, pero como testigos mudos encontramos en su laboratorio multitud de frascos con sus creaciones conservadas en alcohol o formalina.

En cualquier caso, la simple posibilidad de transmitir información genética entre seres vivos de una forma tan sencilla ayudaría a cumplir el mayor sueño de este Dr.: donar a nuestro planeta de plantas y animales jamás vistos, así como curar multitud de enfermedades que acosan a la humanidad.

3. Otra idea ampliamente desarrollada por los científicos dedicados a la investigación de lo PSI es la del BIOPLASMA (una denominación más para la fuerza que nos encontramos estudiando). El bioplasma estaría compuesto por partículas con carga, y más concretamente, electrones libres. Estas partículas no estarían atadas a ningún átomo, sino que circularían libremente entre ellos. Su origen, según han podido averiguar los investigadores rusos, se encuentra en el oxígeno ionizado. Este oxígeno se caracteriza por tener una carga eléctrica negativa.

Estudios realizados en el laboratorio de biofísica de la Universidad de Alma‑Ata llevaron a los doctores Alexander Romen y Víctor Inyushin a descubrir algunas de las propiedades del bioplasma, las cuales pueden llegar a permitir desarrollar en el ser humano que lo utiliza una fuerza y una resistencia fuera de lo común.

Estos dos doctores estudiaron la hipótesis de que la cantidad de estos electrones libres o bioplasma puede aumentar en el cuerpo humano bajo determinadas condiciones, tales como las generadas por la autohipnosis.

 

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